Ideal para conocer False Creek desde el agua.

Una manera distinta de entender la ciudad es por el agua, y los recorridos de estos pequeños ferries son perfectos.

Un gran banco de arena que se ha convertido en un distrito cultural y de entretenimiento.

Desde Granville Island se pueden rentar kayaks para recorrer las tranquilas aguas de False Creek.

El espectacular domo geodésico es sin duda uno de los íconos más reconocidos de la ciudad.

Galerías de arte, tiendas de antigüedades, librerías y demás en South Granville.

Un jardín pequeño que cambia con las estaciones y perfecto para pasear con la familia.

Sus creaciones culinarias se destacan por su exótica combinación peruana-japonesa.

Su gran edificio amarillo se ha convertido en un distintivo de Granville Island.

Ha sido nombrado uno de los mejores cafés independientes de Vancouver.

Un lugar con hermosas vistas y cerveza artesanal que preparan ahí mismo.

Reconocido por promover la gastronomía canadiense y a los productores locales.

Tienen un menú fijo de cuatro tiempos de comida orgánica con ingredientes de temporada.

Fue la primera microcervecería de la ciudad y ha ganado varios premios como una de las mejores.

Es una visita obligada para los amantes de ingredientes de primera.

El primer bar de vinos orgánicos de Vancouver. Es un local pequeñito, con una selección que ofrece varias etiquetas locales.

Ubicado cerca de la playa, Heirloom ofrece deliciosa comida vegana y vegetariana contemporánea.

Su amplia selección de cervezas de barril comprende lo mejor que se produce en la provincia.

Panadería y pequeño café en Olympic Village con una vista de cinco estrellas.

Comida del Pacífico noroeste, con una inclinación por los woks asiáticos y las pizzas.

Del chef Hidekazu Tojo, quien puso la comida japonesa en el mapa gastronómico de Vancouver.

Una autoridad cuando se trata de comida de la India que va más allá de lo convencional.

Pequeño hotel boutique que es uno de los secretos mejor guardados de la ciudad.